Publicado por ICSEB el 22 diciembre, 2014
Fecha de intervención: noviembre del 2014
Soy un hombre japonés de cuarenta años . Aprovecho la ocasión para dar las gracias al Dr. Royo por haber estado investigando esta enfermedad y haber establecido la técnica y también al Dr. Fiallos por haberme visitado y operado. Además, me gustaría agradecer a la Sra. Yuka Takahashi por ser el nexo de conexión entre Japón y España. Agradezco a todo el personal del Institut de todo corazón. Muchísimas gracias.
Os voy a contar un poco mi historial clínico.
Con aproximadamente 15 años, empecé a tener migrañas muy fuertes, contracturas en los hombros, dolor por todo el cuerpo y pérdida muscular, lo cual no me permitía concentrarme en los estudios y apenas podía asistir a clase.
A los 18 años, me ingresaron dos semanas en un hospital universitario cerca de mi casa para hacerme algunas pruebas, pero en aquella época todavía era imposible detectar la malformación de Chiari y me diagnosticaron atrofia muscular juvenil (más tarde oí hablar a mi médico con su compañero en el pasillo y dijo que en realidad no sabía lo que yo padecía).
Desde entonces, probé acupuntura, quiropráctica, masajes y hasta hice estiramientos por mi cuenta. Como no podía aguantar más el dolor, fui al psiquiatra y fingí que estaba depresivo para que me recetara relajantes musculares, cuyos efectos secundarios son la pérdida de memoria, aumento de peso, etc.).
Llegó un momento decisivo. Tras empezar a trabajar de vendedor, uno de mis clientes me recomendó un quiropráctico que tenía muy buena fama y enseguida fui a visitarme con él. Ese encuentro fue una suerte. Normalmente, un especialista quiropráctico aplica los tratamientos que le parece bien, pero mi quiropráctico, después de haberme visitado muy detalladamente, me dijo que él no podía tratarme y que tenía que ir a un buen hospital para que me hicieran pruebas. Me preparó una carta de presentación para un médico del hospital donde me hicieron la resonancia magnética. Así descubrieron la malformación de Arnold Chiari. La palabra “malformación” me asustó, pero a la vez sentí alivio al saber la causa de mi mal estado.
A partir de ese momento, hice una búsqueda por internet y encontré el hospital universitario que más casos había tratado en cuanto a cirugías de Arnold Chiari en Japón. Con la carta de presentación que preparó mi quiropráctico fui a consultar a un médico de ese hospital. A pesar de que los miembros de la asociación de los pacientes operados por ese médico me trataron muy bien, el médico me atendió muy mal y me dijo unas cosas muy desagradables… No me podía creer que él trabajaba de médico…Sin mirar mi cara ni hacerme ninguna exploración física, sólo con las imágenes, me dijo que era inútil operarme. No me aconsejó absolutamente nada y me hizo salir de la consulta.
Desde entonces, empecé a hacer “doctor shopping”, pero no llegué a encontrar a ningún médico que me diera soluciones. Con plena soledad, inquietud y tristeza, pensé que tendría que vivir para siempre con mi enfermedad.
Seguía tomando medicamentos para afrontar la depresión, la epilepsia, el dolor y parecía que verdaderamente estaba bajo depresión. Pasé un tiempo que no se puede expresar con palabras. Era un padre aburrido, impaciente y fatigado para mi mujer, mis hijas y toda la familia.
Buscando por internet con las palabras claves de “malformación de Chiari, medicamento”, encontré el Institut Chiari de Barcelona. Leí algunos testimonios y la técnica quirúrgica con mucho entusiasmo. Estaba seguro de que era mi oportunidad y decidí ponerme en contacto con la Sra. Takahashi.
Me hice resonancias magnéticas 6 veces seguidas en un hospital de mi barrio y mandé todas las imágenes necesarias al Institut. Al recibir la respuesta de que me podía operar de la sección del Filum Terminale, pedí inmediatamente la visita más próxima. Fui a España acompañado de mi hermana y mi cuñado.
En la visita preoperatoria, el Dr. Fiallos me atendió atentamente, me exploró físicamente y me dio explicaciones muy minuciosas que nunca había tenido en mi vida. Los doctores y el personal del Institut son muy modestos, pero he visto una seguridad firme en ellos y por su trato reconfortante, me operé sin miedos ni preocupaciones.
Inmediatamente después de la operación, recuperé la sensibilidad térmica y no tenía los pies fríos. Parece mentira pero los síntomas desagradables y la contractura por todo el cuerpo que había padecido durante muchos años han desaparecido. He aumentado más de 10 kg de la fuerza en las manos.
Tras el alta, me quedé unos días en el hotel. A pesar de que no tenía planteado hacer turismo, di vueltas por Barcelona una semana y vi el arte de Gaudí, Dalí, Miró etc. mis nervios sufridos por la tracción que provocaba el filum se habían liberado y se habían estimulado por lo que tuve la oportunidad de pasar un momento significativo, como si el motivo principal de mi viaje fuese turismo y la intervención fuese un extra…
En el control postoperatorio, he experimentado aún más mejorías. El doctor me preguntó: “Para qué ha venido usted?” y le dije: “para curar mi enfermedad” inmediatamente me di cuenta de que no era eso, porque antes de la intervención me dijeron que la intervención puede parar la evolución de la enfermedad pero la recuperación depende de cada persona y que no tuviera demasiada esperanza. Tras la intervención, me recuperé tan bien que me olvidé completamente de que padecía la enfermedad.
Ahora estoy escribiendo mi experiencia desde Japón. La experiencia en España ha sido verdaderamente el mejor suceso de mi vida. Mi familia y mis amigos se quedan sorprendidos por verme con buena cara sin fruncir el ceño y me dicen que soy más afable.
Tengo muchísimas ganas de contar mi experiencia en el Institut Chiari de Barcelona a los que sufren esta enfermedad, pero si hablara mucho de ello, me mirarían como si fuera una persona rara. Hay demasiadas opiniones negativas de parte de los médicos japoneses que quitan a los pacientes japoneses la opción de operarse en Barcelona; quiroprácticos que ofrecen tratamientos a pacientes sin estudiar sus casos ni tener información suficiente, médicos que recomiendan intervenciones que acortan estatura (cortar huesos)…Pero no han hecho nada por mí, no me han dado solución…¡ni siquiera me han tratado adecuadamente ni como paciente ni como persona!
¡Lo que quiero decir en voz alta es que no escondan las opciones a los pacientes!
¡No decidan la vida de otra persona según sus propios valores!
He podido recibir un tratamiento 100% satisfactorio. Quizás, no todos los pacientes puedan apreciar esta intervención, pero aquí está la verdad.
Quiero que los que están dudando sean valientes y prueben. Pueden contactar conmigo cuando quieran a través de la Sra. Takahashi. Les contaré todo tal y como es. Espero que mi testimonio dé la valentía a gente que padece el mismo sufrimiento que he sufrido yo.
Por fin he recuperado la vida y reboso de mucha esperanza.
¡Muchísimas gracias!
Lunes a Jueves: 9-18h (UTC +1)
Viernes: 9-15h (UTC +1)
Sábado y domingo: cerrado
Normativa jurídica
Aviso legal
Pº Manuel Girona, nº 32
Barcelona, España, CP 08034
El Institut Chiari & Siringomielia & Escoliosis de Barcelona (ICSEB) cumple con lo establecido en el Reglamento UE 2016/679 (RGPD).