Buenos días, me llamo Angelo Di Salvo, tengo 16 años y vivo en Catania.
Hace un año y medio aproximadamente, seguidamente a varias pruebas clínicas por un repentino aumento de mi escoliosis, me diagnosticaron un Arnold Chiari I.
Desde pequeño siempre sufrí de cefaleas y retraso del lenguaje, y me siguieron en el centro de neuropsiquiatría de mi ciudad, pero nunca ningún médico me diagnosticó este síndrome.
Por suerte he encontrado un excelente y escrupuloso médico fisiatra que me ha pedido una resonancia magnética a la cabeza, por la que se ha detectado un descenso de las amígdalas cerebelosas.
Después de consultar a varios neurólogos en Italia, con resultados no satisfactorios y con perspectivas de tratamiento no confortantes, mis padres empezaron a buscar en Internet, encontraron el Institut Chiari de Barcelona y se dieron cuenta que aquello era el camino que convenía seguir.
Se pusieron en contacto con la muy amable D.ª Luè, enviaron las pruebas diagnósticas que les pidieron, y cuando el equipo médico las estudió, diagnosticaron un síndrome de tracción medular, síndrome de Arnold Chiari I, escoliosis idiopática, para confirmar con la visita en el Institut Chiari.
Fijamos una cita para el 12 de septiembre del 2012 en el Institut Chiari y, tras una escrupulosa visita, se confirmó la necesidad de intervención de Sección del filum terminale. El 13 de septiembre a las h8.00 entré en quirófano, a las h14.00 me levanté y ya podía andar. Al día siguiente me dieron el alta y volví en Italia, todo fue muy bien.
En el primer control después de 6 meses, en las pruebas, se veía como las amígdalas cerebelosas no habían empeorado, la escoliosis era estable, el síndrome bloqueado.
A un año de la intervención, después de mucha fisioterapia, mucha natación y mucha buena voluntad, empezamos a ver los resultados en mi escoliosis.
No me cansaré nunca de agradecer y elogiar al Dr. Royo, persona con excepcionales virtudes humanas, sus colaboradores, el Dr. Marco Fiallos Ribera, la Dra. Mendez, D.ª Gioia Luè y todos los otros colaboradores del Institut Chiari.
Gracias a ellos, puedo ver mi futuro más despejado y sereno.
Angelo Di salvo
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